lunes, 26 de enero de 2009

Historia




Los terrenos donde hoy se encuentra la ciudad de Maracay fueron otorgados originalmente al conquistador español Sebastián Díaz de Alfaro en el siglo XVI y a su muerte, pasaron a su hijo Mateo.
Su población se fue estableciendo espontáneamente alrededor del río Maracay, en el valle de Tucupío y Tapatapa, y no fue hasta el 5 de marzo de 1701 cuando se le dio consistencia oficial a dicho centro poblado, gracias a que el Obispo Diego de Baños y Sotomayor erigió una feligresía. La fecha de este evento es tomada por algunos historiadores como hito de fundación.
En 1800 el naturalista y geografo Alexander von Humboldt visita la ciudad. La población ya sobrepasaba los 7000 habitantes y el cultivo del añil estaba en su apogeo. Durante su visita, el biólogo quedó muy impresionado con el pueblo y su gente, vio también al Samán de Güere, asombrado con su tamaño, creyó al principio que era un cúmulo de árboles, para ese entonces el samán ya tendría 600 años de edad aproximadamente.
La agricultura fue el principal incentivo del florecimiento de la urbe, especialmente el cultivo del añil; de esa planta, usada para teñir telas, se exportaban en grandes cantidades a Europa y proporcionaban proventos a la Corona, a propietarios y jornaleros.
Su denominación político-territorial ha sufrido con el paso de los años, y es por eso que en las páginas de nuestra historia criolla se habla de Maracay como villa de la provincia de Caracas, después ciudad de la provincia de Aragua, y luego parte del Estado Guzmán Blanco, del Gran Estado Bolívar, y del Gran Estado Guzmán Blanco, para quedar definitivamente capital del Estado Aragua.
Durante el período del general Juan Vicente Gómez, Maracay sufrió una fuerte transformación urbanística y económica. En la Década de los 50' se gesta un importante proceso de industrialización de la ciudad se crean parques industriales. Por su parte, en los 60' se producen fuertes movimientos de inmigración e invasión de tierras.




Foto: Juan Vicente Gomez.

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